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Berlin

Tips de viaje

East Side Gallery, lo que queda del Muro de Berlín

Moría por conocer la East Side Gallery. Nací en los 80, por lo que tengo varios recuerdos vivos de ciertos acontecimientos de la década: la explosión del Challenger, la tragedia de Chernobyl y la caída del Muro de Berlín.

Recuerdo que me impactó muchísimo ver las noticias donde mostraban a la gente derribando ese muro que por tantos años había dividido la ciudad. Mi mente infantil no podía comprender por qué alguien habría querido construir ese muro eterno que al parecer sólo traía problemas.

Con los años y ciertos conocimientos de historia, entendí el conflicto de la Guerra Fría y sus implicancias en una nación tan dañada como resultó ser Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial. Cuando veía los reportajes de la época, pensaba que algún día yo tenía que conocer el lugar donde estuvo ese muro e incluso tener algún recuerdo de él, ya que los trozos del gran muro de Berlín eran comercializados sobre todo a los turistas curiosos que visitaban la ciudad. No sé por qué, pero fue una idea que se me metió entre ceja y ceja. Y bueno, obstinada como soy…

Berlín vivió tiempos de grandes dificultades después de la caída del muro. Eran muchos los comentarios de la gente que se refería a la ciudad como un lugar peligroso, pero si algo que han demostrado los alemanes durante el Siglo 20 es su capacidad de reinvención a lo largo de los años. Bueno, es por eso que ahora el país es potencia mundial.

Por lo tanto, no dudé ni un segundo cuando se me propuso ir a Berlín. Primero por el peso histórico que tiene esta ciudad y segundo, por la posibilidad de estar en el lugar que había soñado desde que era niña.

En la ciudad es posible ver restos del muro por el que mucha gente intento cruzar sin éxito; se pueden ver cerca de la Puerta de Branderburgo, en Potsdamer Platz, en el sitio de Topografía del Terror y varios otros lugares que nos llevan a mirar el suelo, ya que aún se notan marcas de algunas líneas divisorias. Sin embargo, donde se puede apreciar en todo su esplendor es en el East Side, el lado este de la ciudad que conserva varios metros del muro de Berlín, solo que con los años fueron pintados por distintos artistas, cuyas obras son muy fotografiadas y admiradas por los turistas. Se convirtió en una gran galería de arte al aire libre y que es visitado por miles de personas cada año.

Es muy fácil llegar. Nosotras, que teníamos nuestras tarjetas de transporte Visit Berlín, tomamos el metro en Kochstraße hasta llegar a U-Bhf Schlesisches Tor que es la estación que más cerca nos dejaba del sector.

Es increíble como la East Side Gallery tiene otra vibra. Es una energía distinta a la que se siente en pleno centro de Berlín. Acá convergen jóvenes que disfrutan en las terrazas de los restaurantes, hostales y bares que se han ubicado en la orilla del río Spree, donde nada parece importar más que pasarlo bien y relajarse un ratito.

Justamente es ahí donde comienza el recorrido; también se pueden comprar recuerdos alusivos e incluso timbrar el pasaporte como si se estuviese cruzando un paso fronterizo de la época. Como tip, es mejor hacerlo en el mismo Checkpoint Charlie, por unos pocos euros y alguna foto divertida.

Nosotras fuimos cerca de las 5 de la tarde y había mucha gente en el sector. Tal vez es mejor hacer recorrido durante la mañana, pero si hay algo que nos favoreció fue la linda luz del atardecer, que le daba un matiz diferente a toda esta área de la East Side Gallery. Es un paseo muy agradable de hacer, ya que el único apuro será el que pongan tus propios pasos y se puede disfrutar con detención de cada mural. Eso sí, cuando hay mucha gente hay que armarse de paciencia porque hay unos sumamente requeridos, como por ejemplo el de Bruderkuss, del artista ruso Dmitri Vrúbel.

Luego de caminar un rato, nos detuvimos a descansar mirando el río. Para mí fue uno de esos momentos en los que uno piensa “sí, de verdad estoy aquí” porque, independiente de la connotación histórica, el hecho de estar en el lugar que tanto quise conocer de niña me emocionaba aún más.

Y bueno, no me pude resistir a comprar un trocito de muro en la tienda de Checkpoint Charlie, con su respectivo certificado. Quiero pensar que es real, pero yo creo que efectivamente lo es.

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Los legendarios Estudios Hansa en Berlín

Hablar de los míticos Estudios Hansa es referirse a una parte importante de la música contemporánea. Sus orígenes se remontan a 1974 y se mantiene activo hasta hoy, a pocos pasos de Potsdamer Platz.

En sus inicios era sólo un estudio de grabación familiar, perteneciente a los hermanos Meisel. Tiempo después, los estudios se trasladaron a las salas Ariola ubicadas en la calle Köthener Strasse 38, justo al medio de la ciudad dividida por el muro. En 1973 abrió el Hansa Studio 1, pero años más tarde se adquirió el edificio contiguo semi destruido que además incluía la sala Meistersaal, que es una sala de conciertos que logró sobrevivir a la guerra.

En 1975 se creó el Hansa Studio 2, el mítico “Hall by The Wall”, por donde pasaron figuras brillantes del mundo de la música como David Bowie, U2, Depeche Mode, Iggy Pop, Nick Cave, REM, entre otros.

Para quienes somos fanáticos de la música, visitar los Estudios Hansa es un imperdible en la capital berlinesa. Eso sí, no está abierto al público todos los días, sino que lo ideal es hacer uno de los tantos tours especializados y que se pueden revisar en Berlin Music Tours. Cada uno de estos tours incluye no sólo la visita a los estudios, sino que también paseos por lugares importantes de Berlín y que tienen directa relación con la temática elegida. Si estás leyendo esto y justo te encuentras en la ciudad, podrías tomar uno de los tours conmemorativos sobre David Bowie, ya que fue aquí donde grabó Low y Heroes, con toda la carga que implicó el vivir en una Berlín dividida con las dificultades que eso significaba.

Un lugar como este, incluso cuando no se puede visitar por encontrarse fuera de temporada de tours, logra emocionar por sus detalles. Cuando yo fui no pudimos tomar ningún tour, pero de todas formas quisimos acercarnos a este lugar que tantas joyas musicales nos ha entregado.

Caminamos un par de cuadras desde Potsdamer Platz hasta llegar a la esquina de Köthener Strasse. Grande fue nuestra sorpresa al ver como una pantalla con la imagen de David Bowie cambiaba mientras avanzábamos por fuera de Meistersaal y los Estudios Hansa. Como mencioné, no pudimos agendar ningún tour, pero nos las arreglamos para poder ingresar al edificio y ver el hall de la entrada.

Al ingresar pudimos ver el  muro que indica las distintas oficinas que se encuentran en el edificio. Desconozco de qué año será ese mural, pero me encantó el look antiguo que tiene. Las tipografías, los logos e incluso la luz son de otra época.

Decidimos acercamos al citófono. Marcamos el botón que comunicaba con Hansa Studios, pero no pudimos avanzar más allá, la persona que nos contestó no nos entendió. No importa, fue genial poder estar en ese lugar y pensar en todos los discos que me gustan mucho y que fueron grabados ahí. Eso es lo rico de estar en un lugar que uno ansía conocer: abre otras sensaciones, llama a los recuerdos que quizás estaban dormidos y emocionan cuando en este caso particular, la música sonaba en mi cabeza.

Fue imposible negarse a la opción de tomar fotos en el exterior. La gente que caminaba por la acera nos miraba extrañada, como pensando “¿qué le pasa a estas mujeres?”, pero quizás, y sólo es una impresión muy personal, no sabían la historia de los estudios Hansa. De hecho, desde sus ventanas se podía ver el Muro, ya que estaba a sólo 150 mts, donde ahora hay unos edificios de vidrieras muy brillantes. Y mirando desde una de esas ventanas fue que David Bowie se inspiró para escribir Heroes, que trata sobre la relación secreta que su productor Tony Visconti tenía con una de las coristas de la banda de acompañamiento. Es el relato de un amor prohibido en tiempos convulsos:

“I, I can remember (I remember)
Standing by the wall (by the wall)
And the guns shot above our heads (over our heads)
And we kissed, as though nothing could fall (nothing could fall)”

Como dato, hoy se lanza un documental “Hansa Studios: By The Wall 1976-90”, cuyo trailer puedes ver aquí.

Sin duda, es un imperdible para cualquier melómano que quiera incorporar un poco de historia musical en su recorrido por Berlín.

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